La Escuela Industrial estrena un paraninfo renovado
La Diputación de Barcelona invierte unos siete millones de euros en la reforma global de un espacio singular que suma 3.635 m² útiles.
La Escuela Industrial conserva diversas joyas patrimoniales, como la inédita chimenea octogonal de 61 metros o la Torre del Reloj de cuando había sido una fábrica textil. Otros son de principios del siglo XX, cuando la Diputación de Barcelona ubicó la escuela que le dio nombre (a pesar de que en el principio se llamó Escuela de Trabajo). Hubo varias intervenciones, una de las últimas la del arquitecto Joan Rubió, que entre el 1927 y el 1931 llevó a cabo la construcción de las naves centrales, y también de un paraninfo espectacular que no llegó a acabar y que el convulso siglo XX dejó inédito.
Ahora renace como un espacio polivalente de tecnología, sin obviar una cosa tan fundamental como la acústica, el aislamiento sonoro, la nueva iluminación (la gran estructura central baja hasta tierra), y buscando a todas horas la versatilidad.